Crónica Alevín 2003

JUVENTUD LOPE DE VEGA ALCALA 49 – 59 ALCORCON BASKET

ALEVÍN 2003

 

Partido muy instructivo el jugado por nuestros alevines, de esos que sirven para seguir conociéndonos mutuamente jugadores, entrenadores y afición en lo bueno y en lo malo, como toda relación personal que se precie. Tiempo gélido; campo de juego: carpa a temperatura ambiente; canastas típicas exteriores de mini con esos tableros y aros tan particulares (cada uno es diferente al resto). Nuestro equipo, tal vez en una actitud subconsciente de aclimatarse al frio, opta por dejarse las manos en la bolsa de deportes y jugar con aletas en su lugar, con lo que la recepción de los pases se presumía inexistente (como así fue). Empezamos a jugar. A diferencia del partido anterior, en éste el Juventud Lope de Vega propone como nosotros transiciones rápidas, con lo que el encuentro podía haber sido realmente vistoso, pero, como queda dicho más arriba, con aletas es complicado, así que ambos equipos tuvieron que pisar el freno. Se trataba ahora de apretar en defensa, pero ahí se evidenciaron nuestras carencias, porque aunque de contrario solo se proponían dos argumentos ofensivos (los tiros libres, con un porcentaje excelente, y las entradas por la derecha, no precisamente veloces, pero aprovechando la mayor corpulencia), nos veíamos incapaces de cegar ambas vías de agua. Aun así, íbamos viviendo de la exigua renta obtenida en el primer sexto (4-11) para llegar al descanso arriba en el marcador (23-28). Arenga merecida en el descanso, que dio su resultado, pero no inmediatamente; necesitó de un acelerante para activar definitivamente al equipo. Y es que finalizando el cuarto periodo llegamos al momento mas crítico: Juventud Lope de Vega consigue igualar el encuentro (30-30) coincidiendo con otra expulsión prematura por personales(*). La respuesta mostró el verdadero carácter del equipo, donde todos los jugadores sin excepción están dispuestos a cubrir las ausencias o carencias que puedan surgir, y así, no solo se remontó en ese mismo periodo (30-36), sino que se remató en el siguiente, con un parcial acumulado de 20-0, que dejó el partido visto para sentencia a falta del último sexto, que se dedicó a efectuar rotaciones y seguir construyendo grupo.

No fue un partido bonito, pero se ganó. Y se ganó porque desde el banquillo se supieron manejar los tiempos en función de las circunstancias cambiantes e indicar como debían hacerse las ayudas para endosar al contrario un 20-0; porque desde el otro lateral, la afición se mostró infatigable en su apoyo cuando mas falta hacía y porque, en el campo, nuestros chicos no se acobardaron cuando la situación se puso complicada, defendiendo, pidiendo el balón y encarando el aro cuando tocaba.

(*) Los jugadores apenas están tres sextos en cancha como mucho y puede bastar con un chispazo –un triple ganador en el último segundo- para justificar todo un partido. El árbitro, en contraposición, tiene que estar todo el partido y basta con un fallo para emborronar toda su actuación. Lo normal, pues, es que en 48 minutos haya momentos en que nos dé y momentos en que nos quite. El problema es que si nos vamos del partido cuando nos está quitando, no tendremos la oportunidad de estar ahí para cuando toque recoger. Es fácil decirlo y muy complicado hacerlo cuando estás a mil de revoluciones, pero si consigues ese autocontrol ante la adversidad, llegarás muy lejos en la vida y pasarás de ser bueno a ser excelente jugador de baloncesto.