Crónica 1/4 Final Benjamín 2008

Probablemente la crónica más dura de hacer en la historia del Club. Y aun así, mucho más dulce de leer que haberlo vivido. Nueve meses de trabajo, progresión, diversión e ilusión, que se acaban dos semanas antes de lo previsto, y sobretodo de lo merecido y ganado justamente en la pista.

Comenzamos:

PARTIDO DE IDA (20-05-17)

Nuestro equipazo, se ha preparado para ir a un lugar hostil. Uno de esos escenarios que incomprensiblemente ante ojos del deportista se abren paso por estar en dónde están. Una cancha que no reúne las medidas permitidas de ancho y alto (techo bajito). Rodeada con 4 columnas a 2 cm de cada línea de banda. Peligroso y no apto.

Pero somos deportistas deportivos. A pesar de proponer la maravillosa pista exterior (vacía), nos dicen que no, porque es más difícil ganarnos en el “pabellón”, y esta categoría hay que ganarla, por lo que nos quedamos dentro. Nosotros no lo entendemos, pero no somos de dar problemas. Somos de jugar.

El partido se desarrolla marcado por el control de los espacios. Nuestro equipo, sale a morder y tras los 2 primeros períodos, nos imponemos por 9-15 con muy buenas sensaciones. El tercer período se nos escapa por la incapacidad de defender a un jugador que no se mueve de debajo del aro (es el más grande del partido). A esto se une un poco de nerviosismo y abuso del bote en la salida de presión, y el partido se ajusta (20-22 al descanso, aún para nosotros).

En la segunda parte, el partido se hace muy largo, con excesivos golpes recibidos, y que entre la aglomeración de gente, y las columnas, crean un ambiente de agobio y ansiedad al que no estamos acostumbrados. Esto nos lleva a perder muchos balones y Brains aprovecha para hacer lo que más le gusta, correr a meternos canasta.

El partido acaba. Sabíamos a lo que veníamos. Y nos vamos con todo por decidir en Alcorcón, que era el objetivo inicial. Allí les esperamos.

 

PARTIDO DE VUELTA (21-05-17)

Sabes que tratas con gente especial, cuando en situaciones que provocan sensaciones estereotipadas, se comportan de manera diferente.

Así es este grupo. Ganador. Pero no por imposición, sino por naturaleza. Por talento. Por calidad. Por lógica. Un grupo de niños de 8-9 años que deben remontar una eliminatoria el día después de haber jugado, puede predecirse que te los vas a encontrar tensos, nerviosos, callados, inquietos… Nuestros chicos estaban riéndose, jugando, bromeando… tenían la situación controlada.

En el vestuario, antes de salir a calentar, se masticó confianza. Entrenadores y jugadores se retroalimentaron. Y el resultado os lo cuento:

  • 12 niños subiendo el balón
  • 12 niños tirando, pasando, cortando, pensando, defendiendo, corriendo, robando, compitiendo.
  • 12 niños en cada período. Porque somos equipo. No por teoría, sino por demostración. 5 en pista y 7 en el banquillo (y otro más pequeño, de 2010 en la grada, mordiéndose las manos…).
  • 12 niños asumiendo responsabilidades.

Y así llegamos a los últimos 15 segundos. Eliminatoria empatada. Sergio no acierta con los tiros libres, pero cogemos el rebote. Dani lanza y no logra acertar. Cogemos el rebote. Hugo Samu se abre y recibe. Tiene claro que puede anotar. Lanza y anota.


Estamos entre los 4 mejores de Madrid.

Nos lo merecemos. Justamente. Deportivamente.

Después, hipocresías burocráticas sin influencia en el juego dictan que acabemos aquí la temporada.

Eso es otra historia.

No es nuestra historia.

Nuestra historia es mejor: nos divertimos, aprendemos, mejoramos y ganamos. Volveremos la próxima temporada con las mismas ganas pero aún mejores. Así somos, deportistas y deportivos.

Y muy orgullosos. Nos despedimos igual que siempre:

Enhorabuena a todo el equipo… pero no paramos aquí.

1,2,3…

¡Feliz Verano!