Crónica PlayOff 1/8 Alevín 2006
Decenas de semanas han transcurrido desde el inicio de la competición, allá por octubre de 2016; semanas de lesiones y enfermedades pero de recuperaciones; de duro trabajo pero de diversión; de esfuerzo, sacrificio y compromiso; semanas que trajeron partidos buenos, geniales y alguno que otro… regular, casi siempre saldados con victoria. Y por fin, llegaron los playoffs, reservados a los 16 mejores equipos del torneo. Esto es lo acontecido en nuestro enfrentamiento de octavos de final ante Colegio Virgen de Atocha, un viejo conocido de la temporada anterior.
Eliminatoria a doble partido, el primero de ellos disputado en cancha rival el pasado 6 de mayo. Es aquella una pista exterior, pequeña y de aros poco amistosos, donde no es fácil desplegar un buen baloncesto. La derrota por un punto sufrida allí el año pasado nos ponía sobre aviso. Nuestro equipo tardó unos minutos en adaptarse y coger el aire al encuentro, frío y sorprendido por la salida en tromba de su oponente. En playoffs el precio a pagar por cada error triplica al de temporada regular, y, más que nunca, la superioridad teórica no sirve de nada si no se lleva a la práctica. No pasó demasiado tiempo hasta que nuestros chavales repararan en ello, y ya al final del primer sexto comenzaron a dominar juego y marcador. La defensa fue suficientemente buena para no dar ninguna licencia al adversario, mientras en ataque se alternaron buenos momentos colectivos con otros de cierto desbarajuste. Las transiciones eran meteóricas, como si cada balón fuera el último. Probablemente tuvieran mucho que ver en ello las reducidas dimensiones del campo. Pero Alcorcón Basket nunca perdió la cara al choque y, ante las dificultades del escenario, tiró de oficio cuando no pudo hacerlo de buen juego. Al final, el 46 – 58 certificaba el dominio visitante y encarrilaba el cruce.
Con esos 12 puntos a favor el equipo afrontaba este sábado el definitivo partido de vuelta. Todo pintaba bien, pero faltaban 48 minutos para cristalizar las sensaciones en triunfo. Y pronto se pudo ver que la eliminatoria tenía un dueño que no era otro que nuestro equipo, serio y sin dejarse llevar por el exceso de confianza. Sin duda, partido más completo que el disputado una semana antes, con nuestros chicos más aplicados en defensa y atacando el aro rival con mejores decisiones apoyadas en la paciencia. El grado de intensidad fue mayor que en ocasiones precedentes, aunque apenas apareció en la lucha por los rebotes, campando en esta faceta la pasividad. En cualquier caso, muchas más luces que sombras que dejaron un buen sabor de boca. El 53 – 29 fue fiel reflejo de lo sucedido en la pista. A tenor del resultado pudiera parecer un emparejamiento fácil, pero las apariencias engañan demasiadas veces. Es Virgen de Atocha un buen conjunto, correoso, que sabe a lo que juega y que nunca da facilidades; vayan para ellos nuestras felicitaciones por su meritoria campaña.
Tercer año consecutivo en que el equipo se mete entre los ocho mejores de la Comunidad de Madrid, en una competición con más de 60. No debemos caer en el error de darle menos valor por el hecho de la costumbre. Es humano, sano y deseable querer más, porque sin ambición poco o nada se obtiene, pero no olvidemos la importancia que tiene lo conseguido. Jugadores y técnicos merecen nuestra enhorabuena y nuestro agradecimiento por tantos buenos momentos que nos han regalado durante estos meses, y por los que a buen seguro les quedan por dar.
Mención especial merece el hecho de que las cuatro categorías de Benjamín y Alevín de Alcorcón Basket hayan logrado clasificarse para cuartos de final, todo un éxito. La canasta pequeña es muy grande en nuestro club.
Superados los octavos, nos espera C. B. Las Rozas en la ida de los cuartos. Como uno de los favoritos para alzarse con el título, será un contrincante muy complicado de batir. Para conseguirlo necesitaremos dar nuestro máximo nivel físico, mental y baloncestístico. Nuestro equipo ya demostró que puede hacerlo ganando en la segunda fase a Tres Cantos, subcampeón del torneo en la pasada edición. Por calidad y juego puede lograrse. Sabemos bien cómo juegan ellos y cuáles son sus armas, así que debemos trabajar para contrarrestarlas y explotar las nuestras. Cada partido es distinto y tiene sus propios condicionantes e imponderables, y la victoria nunca está asegurada de antemano, menos aún frente a una escuadra tan potente como Las Rozas. Pero la derrota tampoco lo está. Cada uno de nuestros jugadores saldrá a darlo todo por él mismo, por cada compañero y por el grupo del que se siente tan orgulloso de formar parte. La lucha en equipo es siempre una victoria y ayuda a lograr otra, la del marcador. Intensidad, fuerza y confianza: tres factores necesarios aunque no suficientes, porque ninguno lo es por sí solo, pero que deben constituir la base sobre la que se apoye el paso a semifinales. La dificultad del reto es proporcional a la grandeza del premio si se supera.
La cita está cercana, primer partido en Los Cantos el próximo sábado 20 de mayo. Ojalá el pabellón esté repleto de aficionados apoyando a los nuestros y contemos con un sexto jugador en la pista. Lo van a agradecer la plantilla, el club y el baloncesto. Os animamos a que corráis la voz.
Termino con una frase que seguro Ángel, nuestro primer entrenador, conoce bien: nunca dejes de creer. Y cuando además existen motivos fundados para hacerlo, la fe se convierte en esperanza, y la esperanza en realidad. ¡Ánimo chicos, sois capaces de conseguir lo que os propongáis! Que la fortuna os sonría, lo merecéis.