CRÓNICA ALEVÍN 2002: 13 de abril
CRÓNICA ALCORCÓN BASKET-COSLADA
El sábado nos enfrentábamos a un equipo del que, por motivos extradeportivos, no guardábamos buenos recuerdos. Todavía teníamos presentes los desagradables incidentes de la primera vuelta. Pensábamos que éramos capaces de ganar a un buen equipo, que nos había derrotado, pero que en el global del partido no había demostrado ser superiores a nosotros. Y quizás fue eso precisamente lo que, en este caso, nos atenazó. Las ganas de revancha, la responsabilidad de querer resarcirnos de una derrota que se nos antojaba injusta, pudo pesar demasiado sobre las manos y piernas de nuestros jugadores.
Los dos primeros sextos fueron un toma y daca de ambos equipos. Estuvimos mandando en el marcador hasta el final del segundo sexto, y al final de este periodo, aunque ellos mandaban en el marcador por 22-27, nada hacía presagiar lo que ocurriría de aquí en adelante. Al juego en equipo sucedió el individualismo, a la tranquilidad el nerviosismo. Todos los intentos por meter canasta eran individuales, con malos tiros lejanos, lo que provocaba que la defensa contraria se cerrara y no se pudieran hacer buenas combinaciones ni penetraciones. Cuanto más nos costaba atacar, más nos empeñábamos en hacer la batalla cada uno por nuestra cuenta, lo que no hacía sino dificultar más el ataque.
No acertábamos a sacar el balón de fondo. Los despistes y las imprecisiones nos costaban pérdidas de balón, que provocaban rápidas transiciones y fáciles canastas de los contrarios. Las diferencias iban aumentando a favor del Coslada, a los 16, 20,….hasta los 33 puntos del final.
En fin, un partido para olvidar, que no presagiaba nada bueno para el que solo 24 horas después tendríamos que jugar con uno de los mejores equipos de la Comunidad de Madrid, y que, sin embargo ( y jugando con ventaja adelantaré), y a pesar de la derrota, fue un encuentro totalmente distinto.
Sólo me queda lamentar que algunos mayores se olviden de que su labor principal es la de ser educadores de unos niños, que afortunadamente, mostraron una total y absoluta deportividad, de la que deberían tomar buena nota. A los más pequeños, nuestra enhorabuena por una victoria merecida.
Fdo.: El becario.